Indecente, impresentable, un atraco a la clase trabajadora, cesión sin precedentes a banqueros y empresarios, una burla a los parados, porque con esta medidas no se creará empleo, una traición a sus votantes al no estar contemplado en su programa electoral. Todos estos y muchos más adjetivos son los que pueden resumir la impresentable reforma laboral del despido, aprobada el pasado 11 de febrero.
Para la CGT, esta reforma sólo tiene una lectura sindical y social: HAY QUE DEROGARLA y el camino para ello es LA LUCHA COLECTIVA, laboral y social y la ocupación de la CALLE con miles, miles y miles de personas.
Esta reforma laboral plantea a las claras la lucha de clases que el capital está ejerciendo contra la clase trabajadora y la población. La reforma laboral ninguneada hasta última hora a toda la población, con un engreído y vergonzante ministro chivateando en Europa la agresividad de la reforma, significa la reafirmación de viejas reformas e introduce nuevos ataques para hacernos pagar su despilfarro, su avaricia, su riqueza, su capitalismo, su crisis.
Esta Reforma Laboral trata, entre otros aspectos, los siguientes:
Libertad absoluta para despedir al objetivar por ley el despido procedente y eliminar la autorización administrativa en los despidos colectivos (ERE).
Rebaja sustancial de la indemnización por despido, generalizando la de 20 días, con un máximo de 12 mensualidades y, dejar el despido improcedente en 33 días con un máximo de 24 mensualidades como norma general para todos los contratos a partir del 12 de febrero y, como residuo los 45 días hasta esta fecha de febrero.
Despido absolutamente gratuito para las empresas de menos de trabajadores/as, al permitirles contratos con un período de prueba de 1 año y de ser despedidos durante el periodo de prueba, la indemnización es 0.
Eliminación de la fuerza normativa del Convenio Colectivo por dos vías: una, permitiendo que el empresario se descuelgue de la aplicación de las condiciones salariales y de las condiciones de trabajo : jornada, sistemas de retribución, sistemas de turnos, movilidad funcional y geográfica y, la otra, terminando con la ultra actividad de los convenios fijando un tiempo máximo de 24 meses. Se tiende a la negociación individual y al convenio de empresa.
Instauración de los contratos precarios como la norma de contratación (contratos muy baratos que el trabajador, si quiere, complementa con sus prestaciones de desempleo) y, a la vez, contratación incentivada y subvencionada, para el empresario.
Eliminación de la fuerza de las y los trabajadores al dejar sin contenido efectivo el derecho fundamental de los sindicatos a la defensa de los derechos colectivos, otorgando al empresario toda la capacidad de decisión a la hora de cumplir o no las condiciones colectivas pactadas en los convenios.
Facilitación del despido por absentismo incluyendo las bajas por enfermedad.
Modificación del contrato a tiempo parcial para compatibilizarlo con las horas extraordinarias, lo que sin duda favorecerá el fraude en la contratación y la consiguiente reducción de cotizaciones a la Seguridad Social.
Reducción de las y los empleados públicos igualando sus condiciones a las de la empresa privada y permitiendo que las personas que cobran el desempleo desarrollen trabajos de los servicios públicos.
Para CGT, esta Reforma Laboral culmina EL ROBO Y LA EXPOLIACIÓN de los derechos laborales y colectivos que aún constituían el cuerpo básico del sistema de relaciones laborales en nuestro país. Se ha vaciado de contenido democrático el sistema de relaciones laborales y se “legaliza” la única libertad existente en la realidad laboral y social: la libertad del capital (empresariado) para disponer unilateralmente de cualquier contrato (trabajador/a) tanto a la entrada del mercado de trabajo, durante la permanencia y en la salida. Se elimina por “ley” el derecho (los derechos) del trabajo, al ser éste tratado como una mera mercancía, tratando al trabajador/a como un coste variable : trabajar en cualquier condición y reduciendo drásticamente el precio de esos contratos.
Para la CGT, esta reforma sólo tiene una lectura sindical y social: HAY QUE DEROGARLA y el camino para ello es LA LUCHA COLECTIVA, laboral y social y la ocupación de la CALLE con miles, miles y miles de personas.
¡Arriba los que luchan !
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